jueves, 10 de marzo de 2011

DE PIRATAS Y DICCIONARIOS EMPOLVADOS

Esta primera entrada va dedicada, como no podía ser de otra forma, a unos de los temas de los que más se ha hablado últimamente: la Ley Sinde. Pero no a este despropósito de disposición adicional, sino a la cobertura mediática que se ha realizado del caso. Y es que desde que se empezó a dar la vara con aquello de las descargas ilegales allá por 2004, con el puesto ocupado por Carmen Calvo, los medios no han dejado de utilizar expresiones incorrectas.

Como futuros profesionales dedicados a la comunicación, es nuestro deber aprender de los errores y ser capaces de detectarlos de manera inmediata. En lo referente a los derechos de propiedad intelectual y de descarga de contenidos, han demostrado los usuarios de las redes sociales manejar un vocabulario mucho más preciso que los medios en general.

Hasta en los medios menos afines a la criminalización del usuario que descarga contenido no han dejado de errar en sus reportajes y noticias. No hemos podido dejar de asistir, y al menos en mi caso totalmente enfurecido, al uso de términos como 'pirata' o 'descarga ilegal'. Puede que cuando leáis esto penséis: bueno, al fin y al cabo, aunque no estemos de acuerdo con la Ley Sinde, es cierto que lo que descargamos de Megavideo o Fileserve es ilegal, y que tal actuación bien merece el calificativo de 'piratas'.

Hemos dejado que nos digan que cometemos piratería, nos igualan legalmente a las mafias encargadas del top-manta y nos acusan con su dedo mediático. Hemos tenido que asistir impasibles a campañas llamadas 'antipiratería' en los cines, en las que se nos comparaba con delincuentes habituales.

Pues es el momento de decir basta, de dejar las cosas claras, de poner los términos en su sitio y reivindicar un uso del lenguaje que no es decorativo. El lenguaje, el léxico, las palabras que usemos y la forma de expresarlas influyen en la mirada del lector. Por eso voy a explicar brevemente qué es un pirata, la causa por la que al descargarnos contenido de Internet no lo somos, y a desterrar la palabra ilegal de nuestro imaginario.

Para el término pirata lo primero que se nos ocurre es acudir al diccionario de la RAE, que nos define pirata como ese violento hombre barbudo que aborda barcos y saquea cofres. Busquemos pues 'piratería'. 'Piratería': (tercera entrada) Robo o destrucción de los bienes de alguien.

Está claro que los que claman contra nosotros no alegan destrucción de sus bienes, sino robo. ¿Robo? ¿Si me pongo la radio y escucho una casposa canción de Carlos Baute estoy robándole? No claro, a él la radio le paga sus derechos de autor por poner su canción. ¿Y si me compro un disco y lo pongo en mi casa junto a unos amigos? Qué disparate, a quién se le ocurriría acusarme de robo, qué loco, a dónde vas picha brava. ¿Y si pongo el disco en Internet (un disco que he comprado, oiga usted) y utilizando programas P2P, o una red de enlaces, lo comparto con diez, mil, un millón de personas?

Ah, ahí la cosa cambia. Y cambia porque ya no les sale rentable. Porque vender un disco cada cinco consumidores, a más de veinte euros la unidad sí es rentable, pero uno para un millón...Esos mismos que antes se quejaban de que su música no tenía difusión, de que la cultura debería expandirse sin trabas, que se dejaban la piel grabando maquetas en cintas de doble cara para que un productor les dijese, "psché, no está mal, probemos". Esos mismos son los que ahora dicen: eh, nosotros queremos que la cultura se expanda oye, pero a un precio.

¿Término pirata descartado? Podría bastar con eso, pero matemos dos pájaros de un tiro. Y es que un pirata es llamado así porque su descarga es ilegal. ¿Y si no es ilegal? ¿Entonces qué es? ¿Por qué nos no lo dicen El País, El Mundo, ABC, la Razón, Público o cualquier otro medio que tan alegremente hace uso de términos que no comprende? Las páginas de enlaces, y las redes P2P, han sido declaradas legales en España en más que notorias ocasiones. ¿Por qué si un tribunal dice que un estatuto es ilegal o legal acatan sus términos, y si sobre lo que se pronuncia es sobre las descargas gratuitas se hace caso omiso de sus palabras?

Si la descarga es legal, el que descarga es legal. Y los diccionarios se os llenan de polvo.

Por último me gustaría dejar constancia aquí de un último ejemplo de hipocresía industrial. El día once de enero de este año, en la edición impresa de El País, el señor Von Hoyer (director de la distribuidora Altafonte)despotricaba contra los que descargan gratuitamente de Internet en un artículo de Manuel Cuéllar. Sus palabras eran, y cito textualmente: "Hay internautas que podríamos llamar los internautas malos, que argumentan el uso de labarra libre en que no pueden acceder a contenidos determinados de forma legal". ¿Los internautas malos? ¿Qué autoridad moral cree poseer este empresario para descalificar a todo un colectivo de esta manera? Cabe decir que mandé una carta al director a El País expresando mis quejas y, por supuesto, no fue publicada.

Me despido esperando no haberos aburrido y habiendo incentivado el conocer vuestras palabras antes de hablar. Y espero sinceramente que esta verdad os haya gustado, que la prefiráis a cualquier mentira piadosa.